Los adverbios interrogativos pertenecen a un grupo especial de palabras. Estos vocablos tienen como principal fin el de actuar como iniciadores de las oraciones de formato interrogativo, es decir que se utilizan para poder redactar preguntas. Un ejemplo de esto sería cuando decimos “no conozco, ¿cuál es el nombre de esa planta?” o “queremos saber qué está pasando en este momento”.
Los homónimos son palabras cuya escritura es similar pero tienen diferentes significados o que hacen alusión a diferentes cosas. Un ejemplo de eso es cuando nos referimos al término cubo (un recipiente para poner agua) o cubo (cuando hablamos de una figura geométrica de 6 lados).
Los sustantivos partitivos son un tipo de palabra que hacen mención a la proporción de un entero. Siempre se antepone a la preposición “de” como por ejemplo cuando expresamos “un cuarto de helado” o “dos tercios de la población”.
Un eufemismo es una palabra que se emplea para referirnos a una persona u objeto pero que, quizá, a nuestros interlocutores les resulta ofensivo o malsonante. Un ejemplo de esto es cuando decimos “reducción de personal” pero en realidad nos estamos refiriendo a despidos masivos en una empresa determinada. Son palabras que se usan cuando se quieren remplazar términos que usamos a diario por otro tipos de palabras sin que se trate de sinónimos.
La cacofonía es una frase en donde dos o varias palabras tienen una terminación similar, dando paso a un sonido desagradable y que puede ser molesto en varios tipos de narrativas, por lo que se suele evitar.
Una cacofonía puede darse tanto al hablar como al escribir, siendo común en las oraciones con homónimos y, si bien no constituye un error gramatical, son molestas de escuchar e, incluso por la similitud de pronunciación de las palabras puede llevar a confusiones.