Saltar al contenido

Ejemplos de activos financieros

Los activos financieros son una parte muy importante de la economía y se emplean en muchas transacciones comerciales. Podemos hacer distinción entre activos dañinos o tóxicos y activos buenos. Cada uno de ellos puede representar la ganancia o la pérdida de capital dentro de cualquier tipo de empresa.

Los activos financieros dañinos son aquellos que presentan un gran riesgo de inversión ya que son muy difíciles de comercializar. Este tipo de activos valen mucho más cuando se poseen que cuando se pueden llegar a vender lo cual significa una pérdida monetaria para su propietario que a veces puede llegar a ser muy importante. En el caso de los activos buenos, son aquellos que presentan una ganancia que puede ser de mayor o menor porcentaje para su poseedor luego de su venta o utilización.

Ejemplos de activos financieros

El dinero forma parte de los activos financieros.

Características de los activos financieros

A diferencia de un activo inmueble, como puede ser el caso de un departamento o una casa, la mayoría de los activos financieros no son tangibles. Es decir que no se pueden tocar como ocurre con una casa u otro tipo de bien similar. En este caso hablamos, por ejemplo, de las acciones que se encuentran en la Bolsa de Valores.

Existen tres tipos básicos de activos financieros en el mercado que son la liquidez, que es la capacidad de convertir esos activos financieros en dinero sin que haya perdidas cuantiosas, la rentabilidad que es el interés con el que cuenta el poseedor de dichos activos al aceptar a lo que se arriesga al comprar o vender su posesión y el riesgo que ocurre cuando el poseedor  del activo no sabe si el activo posee o no la suficiente solvencia como para brindarle una ganancia adecuada.

Algunos de los índices económicos que manejan los activos financieros alrededor del mundo son Dow Jones, Nikkey y FTSE100. En Wall Street (Nueva York) se encuentran la mayor cantidad de Bolsas de Valores en todo el mundo.

Ejemplos de activos financieros

  • Dinero de curso legal o dinero en efectivo.
  • Dinero en el banco.
  • Deuda pública a corto plazo o letras del Tesoro.
  • Pagarés de una empresa privada.
  • Deuda pública a largo plazo o bonos y obligaciones del tesoro
  • Renta fija emitida por empresas del ámbito privado.
  • Renta variable en forma de acciones y sus derivados.
  • Préstamos bancarios o entre personas físicas.
  • Líneas de crédito o préstamos a pagar en plazos.
  • Préstamos y cuentas por cobrar.
  • Certificados de depósito.
  • Dinero en cuenta corriente.
  • Dinero en caja de ahorro.

También podemos distinguir los activos financieros de acuerdo a su emisor. En este caso, se dividen en los bancos centrales, los bancos privados, las entidades financieras o prestamistas que incluyen los particulares, las empresas dentro del ámbito privado y las del sector público con diferentes tipos de licitaciones o llamados para las compra y venta de dichos activos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *