Cuando se libera energía, dicho proceso lleva el nombre de combustión. Dicho proceso de liberación de la energía tiene una gran participación por parte de los combustibles sólidos. El producto de este procedimiento en el que se quema el elemento es el humo que puede contener ciertas sustancias que pueden ser o no peligrosas para la salud. Como sabrás, el humo es lo que se desprende cuando el sólido se enciende y las cenizas es lo que queda con el paso del tiempo.
Cuando se produjo la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, en el que el vapor fue el gran protagonista de muchas de las maquinarias que se emplean hoy en día, los combustibles sólidos formaron parte importante en la vida cotidiana de los seres humanos. Los mismos formaron una parte valiosa en los procesos para la fabricación de elementos de uso cotidiano y masivo como ocurrió con la madera y las resinas, por ejemplo.
Qué son los combustibles sólidos
Este tipo de combustibles es el que, al quemarse, produce cenizas. La combustión de la que es capaz depende siempre de un grupo de factores. El más importante de ellos es la falta de humedad y la velocidad con la que se propaga además de su forma y de la naturaleza del foco del calor que emite.
En el caso de los combustibles sólidos, las moléculas que conforman dichos elementos se encuentran organizadas de tal manera que la combustión no se propaga de manera sencilla. Lo que ocurre es que el foco de dicho fuego comienza en la superficie lo cual requiere de un mayor esfuerzo y gasto de energía al momento de conseguir el calor necesario para activarlo.
Es importante tener en cuenta que algunos combustibles sólidos emiten humos que pueden ser tóxicos para el ser humano, para los animales y también para la atmósfera como ocurre en el caso de los plásticos o con la goma debido a su composición química. Esto se debe a que la combustión provoca que los componentes tóxicos se quemen y esto provoque una gran reacción por parte de dichos elementos.
Otro tipo de combustibles son los líquidos como la gasolina y el queroseno y los gaseosos. Estos últimos están compuestos por el gas, el butano y el metano, entre otros.
Ejemplos de combustibles sólidos
Derivados de las plantas
Troncos y ramas de árboles
Madera
Papel
Astillas
Leña
Turba
Derivados de los metales
Aluminio
Sodio
Litio
Potasio
Magnesio
Combustibles fósiles
Carbón vegetal
Carbón mineral
Derivados de los minerales
Alquitrán
Antracita
Lignito
Fabricados o provenientes del hombre y/o de los animales
Telas
Tejidos corporales
Huesos
Fibras
Plásticos