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Ejemplos de delitos de coacción

Los delitos de coacción son aquellos que afectan a la voluntad de la víctima ya que se la obliga a hacer y a tolerar cosas con las que no está de acuerdo. Cabe destacar que este tipo de delito no elimina la voluntad de la víctima sino que la reduce a algo mucho más pequeño.

Los delitos de coacción se convierten en tal cuando una persona utiliza amenazas para obligar a la víctima a actuar de una forma determinada. También ocurre cuando se la incita a tolerar o realizar algún tipo de acción que esté en contra de su voluntad.

Ejemplos de delitos de coacción

Ejemplos de delitos de coacción

Características de los delitos de coacción

  • Lo que se pide debe poder ser realizado lo cual impide que la víctima haga tales tareas de otra forma.
  • El daño que se le dice que se le va a infligir debe ser pasible de generarle miedo de tal forma que le impida actuar de otra manera.
  • La amenaza realizada por el autor de la coacción debe ser algo racional.
  • Es un delito regulado por el derecho penal.

Ejemplos de delitos de coacción

Los siguientes delitos pueden ser considerados de coacción. Algunos de ellos tienen pena en la cárcel mientras que otros son considerados como algo más leve.

  • Una persona que se aprovecha de un moribundo y lo obliga a firmar la sesión de todos sus bienes a su favor. El mismo ejemplo se puede aplicar a alguien que no está en sus cabales y es “empujado” a firmar un documento que favorece a otras personas en el que le cede toda su riqueza.
  • Las llamadas telefónicas de amenazas que se repiten en forma constante.
  • Torturar a otra persona con golpes o maltrato psicológico.
  • Obligar a alguien a casarse con otra persona solo por interés.
  • Las amenazas que un anónimo puede realizar en redes sociales, foros o blogs en Internet.
  • El dueño de una vivienda que corta el agua, la luz o el gas para obligar a su inquilino a que abandone dicho lugar.
  • El miembro de una pareja impide a la otra parte que visite a su familia por medio de amenazas y golpes.
  • Un empleador que amenaza constantemente a sus empleados con el despido.
  • No denunciar un delito por miedo a las represalias de quien o de quienes lo cometieron.
  • Un maestro o profesor que enseña a sus alumnos por medio de gritos a amenazas.
  • Un periodista que amenaza en cámara a su entrevistado porque no desea responder algunas de sus preguntas.

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