Cuando hablamos de enlace iónico, conocido también como electrovalente, nos referimos al resultado obtenido sobre la presencia de atracción electrostática entre iones que tienen signos diferentes con respecto a sus valencias y a los números de sus electrones que deben ganar o perder para poder completar las capas de electronegatividad.
Es importante aclarar que, para que un enlace iónico se genere, es importante que haya una diferencia mayor o igual a 1,7. Se trata de enlaces que son muy fuertes y que a temperatura ambiente suelen ser sólidos además de poseer una estructura cristalina que está diseñada en sistema cúbico.
Características del enlace iónico
Los enlaces iónicos presentan un alto punto de fusión y de ebullición. Provienen de la interacción de los metales de los grupos I y II y los de los grupos VI y VII. Son elementos que se disuelven en el agua y en otras sustancias acuosas gracias a su dipolo eléctrico. Es importante aclarar que no todos los compuestos eléctricos se puede disolver en agua, solo los que presentan un tipo de enlace iónico.
Cabe destacar que el agua y cualquier solución acuosa son excelentes canales conductores de la electricidad debido a la posibilidad de que los iones queden libres. Sin embargo, cuando se encuentran en estado sólido no conducen la electricidad debido a que los iones se encargan de ocupar posiciones fijas e inamovibles. Los enlaces iónicos poseen solo uniones simples.
Cuando se establece la carga con iones positivos, se denominan cationes. Si se trata de iones con carga negativa, estos se llaman aniones. La electronegatividad existente entre los átomos que forman el enlace suele ser muy grande. Por lo general, este tipo de uniones conforman lo que conocemos como sales debido a que siempre se producen transferencias de electrones.
Cómo se forma un enlace iónico
En el momento en el que el átomo acepta uno o más electrones, este se transforma en un ion con carga negativa como ocurre en el caso de O2-. Cabe recordar que los electrones siempre presentan carga negativa. Lo mismo ocurre con el átomo que pierde electrones, pues al perder carga negativa, gana la misma cantidad en positiva. Un ejemplo de esto puede ser Na+. Cuando encontramos iones con carga opuesta que se unen es que se forma el enlace iónico.
Como dijimos anteriormente, los enlaces iónicos también se dan en caso de que haya una gran electronegatividad, pues esta es la encargada de atraer electrones de un átomo hacia otro.
Ejemplos de enlace iónico
Bromuro de potasio (KBr)
Carbonato de calcio (CaCO3)
Cloruro de magnesio (MgCl2)
Cloruro de manganeso (II) (MnCl2)
Cloruro de sodio (NaCl)
Dicromato de potasio (K2Cr2O7)
Fluoruro de litio (LiF)
Fosfato de calcio (Ca3(PO4)2)
Fosfato disódico (Na2HPO4)
Hidróxido de potasio (KOH)
Hidróxido de zinc (Zn(OH)2)
Hipoclorito de sodio (NaClO)
Ioduro de potasio (KI)
Nitrato de calcio (Ca(NO3)2)
Nitrato de plata (AgNO3)
Sulfato de cobre (II) (CuSO4)
Sulfato de potasio (K2SO4)
Sulfuro de hierro (III) (Fe2S3)
Óxido de magnesio (MgO)