Cuando hablamos de hipérbole nos referimos a un tipo de figura retórica que hace alusión a expresiones literarias u orales que exageran un evento como ocurre, por ejemplo con la frase “te dije un millón de veces que no hagas eso”. El vocablo hipérbole proviene del griego hyperbolē donde hyper significa “encima de” y bolē que quiere decir “arrojar”.
La persona que utiliza este recurso, no pretende que el receptor tome lo que dice de manera literal sino que acepte esto como una especie de metáfora acerca de sus pensamientos y sentimientos. Esto ocurre, sobre todo, cuando el emisor del mensaje quiere dar un mayor énfasis a las frases con las que se expresa en ese momento.
La hipérbole puede estar formada por sustantivos, adjetivos y también verbos además de adverbios, sobre todo, que indican cantidad.
Ejemplos de hipérbole
Ese gatito que ves allí es el más hermoso del universo.
Te dije mil veces que no debes ir hacia allá sino hacia el otro lado.
Su enfado de ayer fue cien veces peor que el de hoy y es solo una mínima parte de los que nos espera porque se levantó demasiado temprano.
Nueva York es, fue y será la ciudad que nunca duerme.
Ayer Juan tenía tanta hambre que me dijo que era capaz de comerse un pastel entero.
Me morí de risa con la charla que tuve con mis primos la otra noche.
Estaba tan cansado que se durmió y no lo despertaba ni siquiera el ruido más fuerte.
María estudia mucho y se devora los libros antes de cada examen.
Estoy cansado de hacer siempre el mismo trámite. Tuve que venir mil veces a esta oficina y nunca me solucionan el problema.
¡Casi me matas del susto!, ¿cómo vas a aparecer así tan imprevistamente?
Ejemplos de hipérbole en la literatura
“Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.”
Elegía, Miguel Hernández
“He visto un cielo y he visto todos los cielos:
serenos, de tormenta, fríos, de fuego.
De todas las promesas y de todos los riesgos.”
Bajo la alfombra, Ángeles Mora
“Esta extensión inmensa que no acaba;
esta plomiza lámina expandida;
esta opaca planicie sin fisuras
que casi no respira, que no tiembla…”
De mar a mar. Sonetos Mexicanos, Angelina Gatell
”Ha convertido el caudal de sus lágrimas en el agua de los ríos que cruzan las dos Castillas, capaces de provocar inundaciones”… Francisco de Quevedo.
“Señor excelentísimo, mi llanto ya no consiente márgenes ni orillas: inundación será la de mi canto. Ya sumergirse miro mis mejillas, la vista por dos urnas derramada sobre las aras de las dos Castillas…”(Francisco de Quevedo).
“Cubre la gente el suelo; debajo de las velas desaparece la mar; la voz al cielo confusa y varia crece; el polvo roba el día y le escurece.” Fray Luis de León.