Las anécdotas son historias muy cortas que tienen un trasfondo divertido. Son relatos que las personas hacen de si mismos o de un tercero. En muchas ocasiones se refieren a hechos cómicos y jocosos. Se trata de narraciones breves que pueden ser reales o también imaginarias.
Su objetivo primordial es que quien las escucha reflexione o que ría al terminar la historia. Al igual que cualquier relato o cuento, quien lo narra deberá presentar los personajes y darles una hora y fecha determinadas.
6 Ejemplos de anécdotas
- Hace un tiempo estábamos en el aula y creíamos que el profesor ya no iba a venir porque se había atrasado mucho. Como había que esperar a otra clase, mis compañeros decidieron armar un partido de póker entre todos aquellos que quisieran jugar. No nos dimos cuenta que el profesor había entrado…jugó unas manos y nos ganó a todos.
- Un día una de mis hijas me dijo que no quería probar nunca más el pescado, que no le gustaba. Para evitar que haga escándalo le dije que no era pescado, que era pollo. Más tarde llegó mi suegra a almorzar y prueba el mismo plato que mis hijas. Después de degustarlo me dijo “hija, a tu pescado le falta sal”, hasta el día de hoy mi hija no me perdona el engaño.
- Un día iba caminando por la calle y veo que se acerca un auto exactamente igual al que tiene mi pareja. Contenta me puse a hacer señas exageradas con los brazos para llamar su atención…resulta que era otra persona completamente diferente y el automóvil no se parecía en nada al mio. Desde ese día dejé de saludar a la gente en la calle.
- Cuando era pequeña, me daba mucho miedo que algo saliera del inodoro cuando hacía correr el agua. Era tal el terror que tenía que pedirle a mi mamá que apriete el botón. Fueron unos meses difíciles para mi porque siempre tenía miedo de que algo pudiera llegar a atacarme.
- Hace un par de meses iba caminando por la calle utilizando mi celular sin mirar por donde iba. Como consecuencia de esto metí el pie en un pozo con el cual tropecé y me choqué con un poste que estaba instalado en la acera ¿El resultado? Un gran chichón en mi frente.
- Mi hermano tenía la costumbre de manejar su bicicleta sin poner las manos en el volante a menos que sea necesario. Un día iba por una calle cuesta abajo a toda velocidad y no vio un pozo que había en el medio de la calle. De más está decir que la bicicleta quedó inservible y él voló casi 20 metros hasta caer de cabeza en plena calle. Por fortuna no le pasó nada, pero desde ese día comenzó a utilizar las manos en todo momento cuando anda en bicicleta.