Un contrato de alquiler, o como también se lo conoce, de arrendamiento o renta, es un documento legal en el que las dos partes interesadas regulan las condiciones de dicho servicio. En ese documento, la persona que alquila el inmueble le cede el derecho de uso a quien va a ser el arrendatario.
En dicho contrato de alquiler figurarán la cantidad de meses que durará el acuerdo, las cuotas que se pagarán y todos los derechos y obligaciones tanto del arrendatario como de quien va a rentar la propiedad. Si alguna de las dos partes haya sido afectada por algún tipo de incumplimiento, tiene derecho a iniciar acciones legales y presentar reclamos frente a las autoridades correspondientes.
Cuáles son las partes de un contrato de alquiler
El contrato de alquiler está compuesto por una serie de datos estándar. Se incluyen el nombre, apellido y número de documento de identidad de las dos partes que van a firmar el documento. También se describe en forma detallada el bien que va a ser alquilado, los datos de catastro, los muebles que se encuentran en su interior y el tamaño de cada uno de los ambientes.
También deberá estar escrita la cantidad de meses que el inmueble va ser alquilado y las obligaciones que cada una de las partes poseen. El valor de las mensualidades y la manera en que van a ser abonadas. Se incluirá además el uso que se le dará a la vivienda o comercio. También cuáles son las causas por las que podría terminar el contrato. En el contrato de alquiler se añadirá cuál es la manera en la que se renovará y la fecha y hora en la que fue firmado.
Ejemplos de contrato de alquiler
Alquiler de una vivienda: en este caso, se arrienda una casa o departamento para que sus ocupantes vivan una determinada cantidad de meses.
De renta por temporada: en este caso, hablamos de un contrato de alquiler que tiene una duración corta determinada. Puede ser de algunos días, semanas o pocos meses. Por lo general se redacta en caso de casas de alquiler por vacaciones o para estudiantes foráneos.
Locales comerciales: son contratos especialmente diseñados para alquilar todo tipo de locales comerciales, galpones. También se incluye cualquier otro inmueble que sea utilizado solo para cuestiones de venta de bienes o servicios.
Garajes o estacionamientos: algunos tipos de contratos de alquiler puede incluir un espacio para guardar un automóvil o vehículos similares.
Parcelas o terrenos: en ciertas ocasiones, los dueños de terrenos alquilan el espacio para que el arrendador construya sobre él.